Cada mueble que nace en Espai Veta tiene una historia. No se trata solo de diseño, ni solo de madera: se trata de personas, espacios, recuerdos y emociones. Hoy te contamos el proceso completo de cómo creamos un mueble a medida artesanal, de principio a fin, a través de la experiencia real de Marta, una clienta que llegó con una idea clara y se fue con una pieza que habla de ella.
Marta y su visión: una pieza con alma
Marta vive en un piso antiguo del Eixample de Barcelona. Techo alto, suelos hidráulicos, grandes ventanales. Amante del arte, la música y los espacios con historia, buscaba un aparador a medida que encajara en su comedor, pero que también tuviera una conexión emocional con su familia.
“Quiero algo nuevo, pero que parezca que siempre ha estado aquí”, nos dijo.
Así empezó nuestro proceso.
Escuchar antes de diseñar
En Espai Veta creemos que un mueble comienza con una conversación. Recibimos a Marta en nuestro taller, entre maderas, herramientas y luz natural. Nos mostró fotos del espacio y habló de un aparador que había pertenecido a su abuela. De ahí partimos.
No usamos catálogos. Dibujamos ideas desde cero. Hicimos preguntas sobre uso, altura ideal, almacenaje, estilo de vida… Escuchar es parte del diseño.
Diseñar con intención
El equipo de diseño presentó tres propuestas personalizadas:
- Un modelo con inspiración vintage, más recargado.
- Uno muy minimalista, tipo escandinavo.
- Y una versión intermedia: líneas limpias, madera de nogal, puertas correderas sin tiradores y una estructura ligera con patas cónicas.
Marta eligió la tercera opción, pero pidió un detalle que hizo toda la diferencia: una pequeña incrustación decorativa en el frontal, inspirada en una talla del mueble de su abuela. Así convertimos algo funcional en algo personal.
Selección de la madera: elegir con el tacto
Para nosotros, la madera no es solo un material, es un lenguaje. Seleccionamos personalmente las tablas de nogal para su veteado armónico y tono cálido. Marta participó en esta etapa, tocó, eligió y entendió qué hace que una pieza de madera maciza sea única.
El hecho de elegir con el cliente cada tabla es parte esencial del proceso artesanal. No hay dos iguales, como no hay dos personas iguales.
Manos a la obra: la creación en el taller
Una vez aprobado el diseño final, los ebanistas comenzaron el proceso:
- Cortes iniciales y escuadrado.
- Ensamblajes tradicionales con cola natural.
- Lijado manual en múltiples etapas para suavidad total.
- Instalación del sistema de puertas correderas oculto.
- Aplicación de aceite de linaza con pigmentos naturales.
- Pulido final con lana de acero y cera de abeja.
Todo el proceso se llevó a cabo en nuestro taller, en un entorno que prioriza la calidad frente a la velocidad.
Montaje e instalación: cuando el mueble encuentra su lugar
Al cabo de tres semanas, el aparador estaba listo. Lo trasladamos e instalamos en casa de Marta, cuidando cada detalle para que la pieza quedara perfectamente nivelada, sin dañar el entorno.
Ver la reacción de Marta fue una de las mejores recompensas. “Es como si siempre hubiera estado aquí”, nos repitió. Y tenía razón: el mueble había sido pensado para ese espacio y esa persona.
¿Por qué elegir un mueble a medida artesanal?
La historia de Marta ilustra lo que muchos buscan y pocos encuentran:
- Adaptación perfecta al espacio.
- Materiales nobles y sostenibles.
- Diseño personalizado con sentido estético y emocional.
- Acompañamiento humano en todo el proceso.
- Durabilidad y valor en el tiempo.
Un mueble a medida artesanal no es solo un objeto funcional: es una extensión de ti, de tu historia, de tu forma de vivir y habitar.
La experiencia Espai Veta
En Espai Veta acompañamos a cada cliente como si fuera único, porque lo es. Diseñamos en diálogo, fabricamos con conciencia y entregamos con orgullo.
Si tienes en mente una pieza especial, una idea que aún no sabes cómo materializar, estaremos encantados de ayudarte. Así como Marta trajo su visión y se fue con un mueble con alma, tú también puedes tener uno hecho para ti, desde cero.
Crear un mueble a medida artesanal es un proceso que va mucho más allá de cortar madera. Es diseñar con el corazón, fabricar con las manos y entregar algo que realmente pertenece a quien lo recibe. Marta no compró un aparador: participó en la creación de una historia que ahora forma parte de su hogar.
¿Tú también tienes una historia que merece convertirse en un mueble único? Escríbenos o visítanos. Nos encantará escucharla.